Es por todos conocido, en la industria logística, que la cadena de frío es un eslabón crítico que garantiza la integridad y seguridad de productos sensibles a la temperatura. En la industria farmacéutica y de la salud, por ejemplo, cualquier interrupción en este proceso puede tener consecuencias catastróficas, afectando la eficacia de los productos y, en última instancia, la salud de los pacientes. Por esto, la incorporación de la inteligencia artificial (IA) está tomando relevancia en el sector, al prometer una mejor monitorización y control de las condiciones de temperatura, y asegurar así una mayor precisión y eficiencia.
Sabemos que, de por sí, ya era un reto lograr cadenas de frío sin interrupciones, pero el hecho se ha vuelto más desafiante en la medida de que las cadenas de suministro se están volviendo más complejas debido a la interacción de múltiples factores, incluida la globalización, el cambio climático, la diversificación de productos, la tecnología, los cambios en la demanda de los pacientes y los riesgos inherentes a la operación en un entorno cada vez más dinámico.
Esto ha hecho evolucionar las operaciones de la cadena de frío, permitiendo a las empresas adaptarse a las nuevas necesidades del mercado. En mi experiencia en la industria, he observado cómo un tema clave en esta evolución ha sido la implementación de metodologías y tecnologías que han ayudado a la optimización de la cadena de frío y a transformarla para hacerla más visible, ágil y eficiente. Sin duda una de estas herramientas que, estoy seguro, será un parteaguas en la industria, es la inteligencia artificial.
La cadena de frío se está volviendo más inteligente
Aunque mucho se habla acerca de que esta tecnología podría sustituir al ser humano, en diversas tareas, considero que eso está lejos de ocurrir; más bien, estoy seguro de que se trata de una tecnología que debemos capitalizar, también, en la cadena de frío, como una aliada estratégica en lugar de un reemplazo absoluto. La inteligencia artificial, si bien es increíblemente poderosa en el análisis de datos y la toma de decisiones automatizada, aún carece de la intuición y la adaptabilidad que solo los humanos podemos ofrecer.
En lugar de temer a la IA como un competidor, debemos adoptarla como un socio, aprovechando su capacidad para optimizar procesos. Un estudio de Gartner estima que para el año 2026, más del 80% de las aplicaciones destinadas a la gestión de la cadena de suministro incorporarán tecnologías de inteligencia artificial y ciencia de datos. Esto nos da una idea de lo que estaremos viendo en la cadena de frío en un futuro no muy lejano.
Y es que, gracias a su potencial para analizar datos, la IA está transformando la gestión de la cadena de frío en múltiples niveles, mejorando tareas como el monitoreo y el análisis predictivo en tiempo real, así como la optimización de rutas y la gestión de flotas.
Un tema importante será, sin duda, la optimización de empaques, a los que considero la primera línea de defensa en la cadena de frío. A través del análisis de grandes volúmenes de datos, la IA podrá ayudarnos a diseñar empaques más efectivos y eficientes. Pensemos, por ejemplo, en el desarrollo de soluciones innovadoras que además de prolongar la vida útil de los productos, reduzcan el volumen y peso de los empaques, optimicen el espacio y reduzcan los costos de transporte.
Otro ejemplo puede ser el desarrollo de empaques personalizados para diferentes tipos de productos y condiciones de transporte, que aseguren que cada artículo reciba el nivel adecuado de protección. Esto será especialmente importante en la industria farmacéutica, donde distintos medicamentos pueden requerir diferentes condiciones de almacenamiento y transporte.
Por otro lado, el monitoreo de temperatura podría llegar a nuevos niveles gracias a la IA. El uso de sensores inteligentes para recopilar datos en tiempo real sobre las condiciones de temperatura, humedad y otros factores ambientales, nos permitirá identificar patrones y detectar anomalías instantáneamente. Así, el sistema podrá alertar automáticamente a los operadores o incluso tomar medidas correctivas inmediatas, como ajustar la temperatura del equipo de refrigeración o activar sistemas de respaldo.
Estos son solo algunos ejemplos del enorme potencial que tiene la inteligencia artificial para revolucionar la cadena de frío. La adopción de estas tecnologías avanzadas no solo garantizará la integridad y seguridad de los productos sensibles a la temperatura, protegiendo así la salud y el bienestar de los pacientes; también beneficiará a las empresas en términos de costos y eficiencia operativa.
La era de la cadena de frío inteligente ha comenzado y las oportunidades para mejorar son tan vastas como prometedoras.
— Esta es una Columna Invitada desarrollada para Grupo T21. Apareció por primera vez en T21: “La inteligencia artificial está revolucionando la cadena de frío, permitiendo una mayor eficiencia y agilidad en la gestión de productos termosensibles”. Aquí puedes ver la columna: https://bit.ly/3WYhsbQ